martes, 11 de agosto de 2009

LILIANA SCHWINDT PROPONE UN SISTEMA DE ALARMAS COMUNITARIAS


En el medio de una ola delictiva que tiene en vilo a la ciudad, la concejal Liliana Schwindt, presentó en la mañana de hoy un proyecto para ayudar a combatir la inseguridad: un sistema de alarmas colectivas o comunitarias, con recursos de alerta casi domésticos, que ya se usa en ciudades como Mendoza, Sunchales (Córdoba) o Quilmes, entre otras.
Este sistema implica el uso de elementos domesticos (bocinas o luminarias exteriores) o la compra de implementos muy económicos (timbres o alguna bocina por sectores o cuadras), lo mismo que el uso de redes con números telefónicos particulares, municipales o de la Policía, que no implican gastos sino organización.
La legisladora local apuntó a montar “un sistema solidario de participación comunitaria para la prevención del delito, en el que se combina la intervención de los vecinos de cada cuadra y el accionar de la Policía, sin reemplazar de ninguna manera ni las funciones ni la responsabilidad esencial de esta última: los vecinos deben comprometerse y participar, como así también la sociedad de fomento del barrio y el Municipio, y éste sobre todo debe ser el coordinador de ese trabajo comunitario”.
Algunos de los elementos con que cuenta el sistema son:

Red telefónica: se tiene el listado de los vecinos con sus números de teléfono ordenados en forma de red para asegurar una rápida comunicación entre todos, incluyendo el 101 y el número de la Comisaría correspondiente. Para ello el Municipio necesita disponer de personal que realice el relevamiento y coordinación entre los vecinos.

Alarmas propiamente dichas: en un lugar estratégico de cada vivienda o comercio de la cuadra se instala una sirena de exterior conectada a uno o varios pulsadores o llaves para activarla. En caso de viviendas muy próximas o cuando exista imposibilidad económica de asumir el costo completo, se puede compartirse una sirena entre varios vecinos, siempre teniendo cada uno su respectivo pulsador. Además, es importante aclarar que también los vecinos con alarmas individuales instaladas o contratadas pueden integrarse al sistema, ya que aquí el concepto de seguridad preventiva no se limita a cada vivienda o comercio en particular.

Luces exteriores: en caso de no haberlas, se pueden instalar luces en el exterior de cada vivienda para ser encendidas como señal de alerta o para facilitar la detección de algún sospechoso.

“Bocinas: también puede incorporarse como señal la bocina del auto, cuando un vecino esta llegando a su casa (sobre todo a la noche), dando –por ejemplo- un toque largo cuando detecta algún peligro. En esto los vecinos deben participar activamente y ser muy solidarios.

Publicidad y simulacros: dado el carácter disuasorio del sistema, es fundamental la colocación –en lugares visibles de cada manzana o cuadra y en el frente de cada vivienda o comercio- de carteles que adviertan que la zona está protegida por Alarmas Comunitarias. Todos los carteles deberían tener un mismo diseño para facilitar su identificación. Los simulacros públicos de funcionamiento de las alarmas permiten no solamente comprender la integridad del sistema, sino advertir al resto de la sociedad que ese barrio está organizado para prevenir comunitariamente el delito.

Funcionamiento

En el proyecto, Liliana señaló que “el costo por vecino es ínfimo y en algunos casos ninguno, ya que sólo se requiere la compra de la sirena, transformador, cable pulsador (según la necesidad) y la confecciones de los carteles. Como se puede compartir en algunos casos una misma sirena, se hace aún más accesible. La instalación puede ser hecha por el mismo vecino con dirección de personal municipal o alguna institución barrial dispuesta a participar y colaborar”.
Instalado el sistema “el vecino que detecta algo sospechoso o tiene algún problema personal o familiar (incendio, descomposturas, etc) hace sonar su sirena o alarma y enseguida, de ser posible, llama a la policía, bomberos o ambulancia (según sea el caso), y al vecino que le sigue en la red telefónica”.
“El resto de los vecinos cuenta hasta diez (10) segundos por si la alarma fue activada por error. Si continúa sonando, todos activan sus alarmas, continúan llamando a través de la red telefónica, y si es de noche prenden las luces exteriores y salen a la calle (o se asoman) para verificar lo que pasa”, agrega el proyecto de seguridad vecinal.
“Pasados unos minutos, entran y desactivan sus alarmas, de tal manera que queda sonando solamente la de aquel vecino que inició la alarma. Inmediatamente concurren todos a esa vivienda y verifican qué sucede y si la casa afectada está cerrada y no contestan, se implementará un procedimiento específico para tal fin”, precisó la concejal tomando la experiencia de otras ciudades.
“El sistema es, en primer término, disuasivo, por lo que ante la presencia de delincuentes generalmente bastará el sonido de todas las alarmas y el movimiento del barrio para hacerlos abandonar su intento. Por eso no se debe dudar en hacer sonar la alarma ante cualquier hecho sospechoso, como ser personas extrañas, de a pie o en vehículos, en actitudes sospechosas (vigilando, rondando insistentemente, saltando un tapial, en los techos, armadas, etc.): con el funcionamiento se irán transmitiendo experiencias y corrigiendo errores, pero lo principal es activar el sistema ante cualquier situación anormal”, indicó la concejal.
Y sobre las perspectivas de aceptación indicó que “ante todo es necesario que los vecinos hayan comprendido la conveniencia de organizarse para mejor seguridad. Se estima que alcanza con la adhesión de un 50% de los vecinos de cada cuadra para que el sistema resulte viable”.

Foto: informe | Fuente: Infoeme, equipo de prensa de Peronismo de la Ciudad.

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